Dios, nuestro… ¿por qué a veces es tan dura la existencia? ¿por qué tanto sufrimiento para los ojos y los corazones de tus hijos y tus hijas? ¿Qué sentido tiene todo?... vivir, lo más hermoso… es un privilegio reservado para millonésimas de ráfagas de existencia ante la inmensidad del tiempo y del espacio… un casual privilegio… fugaz. Por lo menos aparentemente. Pero los corazones laten con fuerza, sienten con fuerza hasta que se paran. !Y la esencia!
Las campanas del reloj dan las 12 campanadas… a Jurso… ya no le quedan ni 12 latidos.
Amigo Jurso: No tengo lágrimas para llorar tu muerte, no tengo palabras, no sé ni qué pensar ni qué sentir… solo tengo recuerdos junto a ti. Recuerdos de tu amable gesto, de tu generosa compañía, de tu sonrisa, de tu mirada, de tu tono de voz, de tus indómitos cabellos, de tu inconformismo solidario, de tu autenticidad, de tus fuertes manos, de tus ágiles pies, de tu inigualable saber ser y estar… de tu amistad. No puedo creerlo, se marcha lo mejor de lo mejor.
Esta noche la cúpula celeste entera ha apagado sus millones de galaxias en este rincón del Universo… amigo Jurso. No quiero ni pensar en el corazón desgarrado de tu madre.
No quiero pensar… amigo, amigo… irreparablemente amigo.