Camino por los territorios de la
hermandad del bosque. Camino percibiendo entre la niebla las figuras majestuosas
de los árboles desnudos, percatándome de la singularidad de cada uno.
Cada árbol presenta un porte
determinado, una distribución concreta de sus ramas, un grosor y una estructura
definida de su tronco… una orientación, una altura.
Cada árbol tiene su propia
presencia y esencia.
Cada individuo deja entrever su
propia idiosincrasia… y no puedo evitar ver paralelismo con los seres humanos.
… sentirme, afortunadamente, un
poco árbol.
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