La dama de la nieve pasó hace algunos días por la montaña,
espolvoreando con su barita mágica esencia blanca. Nuestra casa, el bosque, las
praderas… todo unido por el blanco.
Hasta nuestros perros, de pelaje supuestamente albo,
oscurecen ante el destello de la nieve... hasta la leche que lametean en su
plato.
Hago con los niños un muñeco de nieve, montamos en trineo…
antes de que el abrazo del Sol fulmine el rastro de esencia blanca de la
dama de la nieve.
Me encanta como lo describes ;)
ResponderEliminarLa nieve es un tesoro en todos los aspectos... este verano por lo menos lo manantiales se veran con más vida, el bosque con más vida, todo lleno de musgo...
saludos.
Gracias por tu comentario.
ResponderEliminarSaludos.