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domingo, 25 de septiembre de 2011

2º Encuentro Vegetariano de La Vera

   El pasado sábado 24 de septiembre tuvo lugar en el hermoso paraje de Valfrío de Cuacos de Yuste el segundo encuentro vegetariano de la comarca de La Vera. Nos acompañó un espléndido día de sol.
Antes de poder disfrutar de los deliciosos manjares veganos que fueron aportados por todos los asistentes, hubo un tiempo para hablar de los beneficios y bondades de la alimentación vegetariana. Igualmente hubo algunos minutos para disfrutar del concierto del silencio del bosque y leer textos comprometidos con la práctica alimentaria.
También, quedó programada la realización de un curso de aprendizaje de cocina vegana.
Finalmente tocó el turno a la música con variados instrumentos y bonitos coros… nuestros hijos, por su parte, acabaron chapuzando en el río.
¿Resumen?...También es posible poder adquirir los nutrientes necesarios para la existencia, prescindiendo del cruel sufrimiento y sacrificio de los animales.

jueves, 22 de septiembre de 2011

Néctar

Amado Sol.
Acojo tu luz y tu calor
como sagrado néctar...
 
*Photo by Jakovoy

lunes, 19 de septiembre de 2011

Bóvido y montaña


 *Photo by Antòniu

¿TOROS?... NO, GRACIAS

En más de una ocasión, alguien me preguntó: ¿Te gustan los toros? Al responder: "Sí, son unos animales muy bonitos"... siempre encontré caras de sorpresa y polémica segura.
Una vez, cuando era chaval, observé de cerca los ojos de un toro agonizante en la plaza de un pueblo… con el escandaloso charco de sangre de rigor alrededor. La mirada del animal no mentía: ¡Expresaba una tristeza desgarradora! (los toros también sienten). Desde entonces lo vi muy claro.
Hoy por hoy, compruebo profundamente decepcionado que nada ha cambiado. No importa el patrón o la patrona en cuestión... el caso es buscar la excusa para la orgía de sufrimiento y brutalidad. ¿No sería más fácil divertirse y llegado el caso, desmadrarse, sin más?
Y sí, me merecen respeto aquellas personas que por motivos de tradición, cultura, etc. aman la tauromaquia pero mucho más respeto y consideración me merece el toro (o vaquilla) que al fin y al cabo es criado para finalmente ser torturado cruelmente y asesinado... por puro divertimento del personal. Eso es lo que hay.
Se puede dorar la píldora recalcitrantemente con alusiones y metáforas que pueden ir desde el Minotauro de Creta hasta Picasso, pasando por razones históricas, económicas o de identidad pero se mire como se mire cualquier “festejo” taurino (cualquiera, sin exclusión) es un acto de barbarie injustificable e injusto.
¿Libertad para los que desean corridas de toros? Si fuera con figuras de cartón… ¡por supuesto! ¿Qué hay de la libertad y la dignidad de los astados?
¿Sensiblería?... Pónganse en su pellejo.
¿Que la adrenalina de la “lidia” les inhibe del dolor?... improbable. En todo caso… ¿justificar también el padecimiento mermado por la hipersecreción adrenalínica fruto del pánico a la batalla, de un chaval (reclutado si cabe involuntariamente) con metralla en el pecho? ¿justificar de paso la absurda práctica, legalmente institucionalizada, de la guerra? Las comparaciones no siempre son odiosas... pongamos agresividad en la cotidianidad y la agresividad a gran escala está servida en bandeja.
Es preciso avanzar: No a la lucha de gladiadores, no al esclavismo, igualdad de sexos, no a la discriminación racial, justicia social... abolición de la tortura animal… y ya puestos, abolición de la guerra y defensa planetaria. Por encima de estéticas y “concepciones artísticas” (?).
A saber, todos los seres vivos somos iguales, somos hijos de la Madre Tierra... bóvidos y homo sapiens incluidos… por mucho que nos queramos mirar el ombligo.
Y, en efecto es comprensible que un indio Yanomami o un Inuit cace… lo mismo que hace el león, el lobo o la nutria. Eso es supervivencia.
Otro día, podremos hablar de las virtudes del vegetarianismo.


*Internet photo

jueves, 1 de septiembre de 2011

VIAGEM MEGALÍTICA-ATLÁNTICA

    Hace pocos días hice un recorrido en bicicleta desde Extremadura (Valencia de Alcántara) hasta Lisboa, siguiendo el curso del río Tajo. Aproveché para visitar monumentos megalíticos de la comarca de Alcántara, de Castelo de Vide, Nisa, etc... y después continué al encuentro con el océano.
Visité dólmenes realmente hermosos y ciertamente procuré no invadir cada espacio mucho tiempo por aquello de ser morada de muertos pero a decir verdad encontré sosiego y “buenas vibraciones” en todo momento. Algunos estaban muy escondidos, siempre en alucinantes parajes extremeño-alentejanos de roquedos de caprichosas formas y alcornoques de escandalosa piel naranja. Estuve en uno cerca de Castelo de Vide que me impresionó por sus dimensiones y belleza... incluso hallé dentro, en el suelo, pequeñas conchas de color rosa y cristalitos azules, como si alguien hubiera hecho una ofrenda.
También visité el mayor menhir de la península en Póvoa e Meadas: un imponente monolito de granito de descarado porte fálico de 6 ó 7 metros de altura -con algunos más bajo tierra-, en medio de un bosque de alcornoques centenarios con gamos salvajes.
Lo de viajar en bici y solo, fue muy interesante.
El hecho de poder prescindir del combustible fósil, de avanzar gracias al esfuerzo, de llevar "los enseres" a cuestas, de sentir de cerca los aromas del camino, de palpar el hinojo de las cunetas, de percibir el vuelo y el canto continuo de los abejarucos sobre la cabeza… en definitiva, el contacto directo con las personas y la madre Tierra: Inolvidable.
También fui consciente permanentemente de la agresión de los motores que pasaban a mi lado (de los “carros”, de los mastodónticos camiones portando bienes de consumo de un lado para otro...), de sus prisas, de su relativa amenaza, de sus malos humos... Y de alguna manera, aunque suene un poco vanidoso, me sentí orgulloso de mi sudor en el pedaleo. Cada aldea alcanzada era un avance, cada etapa finalizada un pequeño éxito.
En cierta medida, conseguí que huyeran de mi mente innecesarios y banales pensamientos… esas ideas cotidianas, si cabe poco constructivas, que a veces invaden el propio espacio interior robando plenitud existencial. Seré osado en decir, que alcancé cierto grado de meditación en mi pedaleo. Por primera vez en años nada aturdía a mi cabeza, solo había un objetivo: llegar a la mar... y sentir cuanto me rodeaba e iba descubriendo.
Finalmente quedé unida Extremadura con el Océano Atlántico en cuatro días pero no pude renunciar a pasar dos días más en la eterna ciudad de mármol... Lisboa.
Hice noche en Valencia de Alcántara, Nisa, Abrantes, Santerém y por último en Lisboa.
La llegada a Lisboa fue muy especial, casi diría que íntima… después de haber padecido durante algunos kilómetros los peligros de la masificada vía de acceso a la ciudad.
El encuentro con sus ancestrales rúas empedradas con los raíles de hierro de los tranvías, la gigantesca Praça do Comércio con su descomunal arco... y sobre todo el momento de aparcar mi máquina en el suelo, en la escalinata que acerca a la mar entre dos columnas, para descalzo, sentir el agua marina en los pies y refrescar la cara con su tacto… el olor, la brisa, las gaviotas: ¡Único!
Después era preciso tornar.
Anta de Valencia d'Alcántara
 Ruta megálitica de Valencia d'Alcántara
*Photo by Antòniu
Caminho de castelo de Vide
Anta de Castelo de Vide!
Plenitude!
*Photo by Antóniu
Super divertido?... O maltrato animal nâo para!
Bóvidos em "liberdade"
*Photo by antòniu
O menir de Póvoa e Meadas!

Cavalos no caminho
Anta de Sâo Gens e Sol, em Nisa
*Photo by Antòniu
Companheiro de viagem
Atençâo vacas?... OK. Atençâo aviôes?... Surrealismo!
A tarde em Abrantes
*Photo by antòniu
O rio Tejo em Santarém
*Photo by Antòniu
Santarém 
Uma rua de santarém
O Sol nasce no caminho
*Photo by Antòniu
A minha sombra
O rio Tejo perto do seu estuario
A urbe... Lisboa
*Photo by Antòniu


A porta ao Océano Atlántico... ao mundo
*Photo by Antòniu
*Photo by Antòniu

O arco da Praça do Comércio pela noite

O tranvia do Bairro Alto
Lisboa, cidade multiétnica
*Photo by Antòniu
A gigantesca Praça do Comércio
Photo by Antòniu

Despois era preciso tornar...