Etiquetas

viernes, 19 de septiembre de 2014

PEQUENU PRÍNCIPI




U/O PEQUENU PRÍNCIPI
De alguna manera, la idea de la traducción de “Le petit Prince” a la lengua del Valle de Xálima nació de una necesidad, la de aportar dignidad a una modalidad lingüística única. ¿Qué mejor manera, que escoger la universal obra de Saint-Éxupéry?
El proyecto se hizo realidad gracias al esfuerzo en la traducción de tres amigos: Mingu, Seve y Pepi (Domingo Frades Gaspar, Félix Severino López Fernández y José María González Rodríguez). También fue importante el apoyo de la Editorial Imcrea, cierto tiempo de negociaciones con Gallimard Editions de Francia…  y mucha ilusión.
U/O pequenu príncipi” quiere ser un preciado regalo para los lectores y las lectoras (tanto pequeños como mayores) no solo del Valle de Xálima … sino de cualquier parte de nuestro planeta.
Si quieres tener algún ejemplar de la traducción, escribe un correo a:
pequenu.principi@gmail.com

También puedes visitar:  
http://pequenuprincipi.blogspot.com.es/


LE PETIT PRINCE                                                     
Este maravilloso libro fue escrito y también ilustrado por el escritor y aviador francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1945) en el año 1943.
Es una de las obras literarias más traducida en el mundo, concretamente a más de 250 modalidades lingüísticas.
En la Península Ibérica ha sido traducido anteriormente, a: castellano, portugués, catalán, gallego, vasco, asturiano, aragonés, extremeño, aranés, valenciano, leonés, eonaviego y mirandés.





VALLE DE XÁLIMA Y SU LENGUA
El Valle de Xálima es una comarca natural del noroeste de Extremadura, en el enclave de Sierra de Gata. Tiene tres localidades (lugaris): Valverdi du Fresnu, As Ellas y Sa Martín de Trevellu. En total cuentan con una población de más de 5.000 habitantes.
Conserva una lengua romance, clasificada dentro del subgrupo galaico-portugués. Es conocida con diferentes nombres: fala de Xálima, fala dus tres lugaris, a nosa fala, xalimegu, valego, galaicu-extremeñu, etc.
Se Piensa que su origen está en la Edad Media, en la repoblación de las tierras reconquistadas a los musulmanes por el Reino de León con gentes de lengua gallega (o gallego-portuguesa).
Más del 90% de los habitantes del Valle de Xálima se expresan habitualmente en su lengua, siendo la lengua minorizada con mayor porcentaje de hablantes de Europa. Presenta algunas peculiaridades en cada lugar, llamándose valverdeiru en Valverdi, mañegu en Sa Martín y lagarteiru en As Ellas.
El número total de hablantes puede acercarse a los 10.000, teniendo en cuenta a los emigrantes que aún hacen uso de ella.
La base lingüística del xalimegu es galaico-portuguesa si bien presenta muchos rasgos del extremeño (variante astur-leonesa).
Desgraciadamente el apoyo institucional que tiene es prácticamente nulo, a pesar de ser un verdadero tesoro lingüístico y el elevado porcentaje de personas que lo mantienen como idioma propio.












Madre mar

Acoger
el susurro de la mar,
en el pecho…
como canto de la madre
al niño en la cuna
para que duerma.
Y retenerlo permanentemente.


Nai mar

Acoller
o murmurio da mar,
no peito...
como canto da nai
ao neno no berce
para que durma.
E retelo permanentemente.



miércoles, 17 de septiembre de 2014



"Familia de bóvidos"
photo by antòniu


¿TOROS?...¡NO GRACIAS!

En más de una ocasión, alguien me preguntó: ¿Te gustan los toros? Al responder: "Sí, son unos animales muy bonitos"... siempre encontré caras de sorpresa y polémica segura.
Una vez, cuando era chaval, observé de cerca los ojos de un toro agonizante en la plaza de un pueblo… con el escandaloso charco de sangre de rigor alrededor. La mirada del animal no mentía: ¡Expresaba una tristeza desgarradora! (los toros también sienten). Desde entonces lo vi muy claro.
Hoy por hoy, compruebo profundamente decepcionado que nada ha cambiado. No importa el patrón o la patrona en cuestión... el caso es buscar la excusa para la orgía de sufrimiento y brutalidad. ¿No sería más fácil divertirse y llegado el caso, desmadrarse, sin más?
Y sí, me merecen respeto aquellas personas que por motivos de tradición, cultura, etc. aman la tauromaquia pero mucho más respeto y consideración me merece el toro (o vaquilla) que al fin y al cabo es criado para finalmente ser torturado cruelmente y asesinado... por puro divertimento del personal. Eso es lo que hay.
Se puede dorar la píldora recalcitrantemente con alusiones y metáforas que pueden ir desde el Minotauro de Creta hasta Picasso, pasando por razones históricas, económicas o de identidad pero se mire como se mire cualquier “festejo” taurino (cualquiera, sin exclusión) es un acto de barbarie injustificable e injusto.
¿Libertad para los que desean corridas de toros? Si fuera con figuras de cartón… ¡por supuesto! ¿Qué hay de la libertad y la dignidad de los astados?
¿Sensiblería?... Pónganse en su pellejo.
¿Que la adrenalina de la “lidia” les inhibe del dolor?... improbable. En todo caso… ¿justificar también el padecimiento mermado por la hipersecreción adrenalínica fruto del pánico a la batalla, de un chaval (reclutado si cabe involuntariamente) con metralla en el pecho? ¿justificar de paso la absurda práctica, legalmente institucionalizada, de la guerra? Las comparaciones no siempre son odiosas... pongamos agresividad en la cotidianidad y la agresividad a gran escala está servida en bandeja.
Es preciso avanzar: No a la lucha de gladiadores, no al esclavismo, igualdad de sexos, no a la discriminación racial, justicia social... abolición de la tortura animal… y ya puestos, abolición de la guerra y defensa planetaria. Por encima de estéticas y “concepciones artísticas” (?).
A saber, todos los seres vivos somos iguales, somos hijos de la Madre Tierra... bóvidos y homo sapiens incluidos… por mucho que nos queramos mirar el ombligo.
Y, en efecto es comprensible que un indio Yanomami o un Inuit cace… lo mismo que hace el león, el lobo o la nutria. Eso es supervivencia.
Otro día, podremos hablar de las virtudes del vegetarianismo.