Varanasi.
La ciudad
sagrada del río Ganges... sagrada Diosa Madre Río Ganga. Ciudad de culto,
ciudad donde la gente va a morir y a cremarse.
Las bulliciosas
calles que llevan a las escalinatas sobre el río. Allí, un Aarti, al anochecer;
llamativa ceremonia religiosa multitudinaria con música. Un santón desnudo, con el cuerpo decorado con ceniza, al lado de un gran tronco encendido, fumando cannabis. Los
perros, durmiendo en las cenizas para huir del frío.
La pobreza
severa se palpa en algunas zonas. Chabolas de plásticos. Los niños ( y las
niñas), muy hermosos, a veces con los pies descalzos, con la sonrisa en los
labios, amablemente... sumisamente, a la cámara de fotos. Se ponen contentos,
simplemente de que alguien les haga una foto... también las personas mayores.
Pobres, pero
gentiles. Elegantes existencialmente. A pesar de su "miseria", con
clase existencial. Luchadores natos por la supervivencia.
Y nosotros, los
guiris, creyéndonos qué sé yo; disconformes con todo, quejándonos de todo
(algunos más que otros)... irreverentemente... vergonzosamente; si cuadra,
cortos de miras, ignorantes supinos, sin capacidad para vislumbrar más allá de
la basura y la suciedad sin duda favorecida por la profunda miseria y la
desidia institucional hacia los más desfavorecidos.
Occidente,
tradicionalmente, a colonizar por la fuerza y la opresión, a saquear las
riquezas, la materia prima y por encima a creernos mejores.
Y aquí, la
jodida (con perdón) desigualdad, la inmoral e indigna desigualdad... de castas
y costes.