Etiquetas

viernes, 11 de marzo de 2011

Dura Madre Tierra


¡Qué pequeño el ser humano ante la furia desatada por el planeta, en la más mínima sacudida de su piel! ¡Cuánta desolación en escasos segundos!
Es inevitable percibir ahora a la amada Tierra como una despreocupada madre que abandona a sus hijos en el abismo.
Es inevitable compararla con un niño malo que acerca la llama de un fósforo a la entrada de un hormiguero, tan solo por el placer de ver retorcerse a las pobres hormiguitas en su combustión. Es inevitable sentirse frágil, pendiendo de un hilito de tela de araña que cualquier soplo de aire caprichoso puede seccionar… en cualquier momento. Es inevitable no eludir la mirada de las sombras de las hermanas y hermanos que sufren bajo el mismo Sol.
Ya sé Madre Tierra, que tú sigues tu camino. Ya sé que tú no haces distinciones:
Así una hormiga… Así nosotras y nosotros mismos.
La nación del Sol naciente, tiembla y llora.

5 comentarios:

  1. emotivas y ciertas tus palabras, somos frágiles.
    nuestra Madre es poderosa y no hace diferencias... me entrego a su poder y la amo!

    un abrazo fuerte.

    ResponderEliminar
  2. En estos momentos, lo que queda es el respeto por la madre tierra, y el amor hacia los hermanos de Japón. Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Me alegro de vuestra visita gracias.

    ResponderEliminar
  4. Somos muy pequeños, pequeñísimos y siempre hemos estado haciendo daño a este planeta. Parece que no nos enteramos de que vivimos en él y de que es insustituible.
    Gracias por escribir esta entrada, es un llamamiento a ponernos en nuestro sitio, y sobre todo es una entrada solidaria y humana.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar