Esta mañana estuve un rato en silencio, a los pies de la hermana Montaña.
Ráfagas de viento frío acariciaban cálidamente mi cara.
Con mis dedos esbocé la silueta de un corazón y encuadré dentro los picos más altos cubiertos de nieve…Dejando que el viento se colara por ese hueco y que arrastrara el eco de mis latidos hasta el monte Fuji Yama.
Y le susurré despacio a sus oídos, desde la distancia:
−¡Amigo, acepta aire puro de aquí y que quede limpio tu cielo!
¿Alguien más desea enviar un soplo de frescura al Fuji Yama?...
Que le envíe palabras del corazón con el hermano viento.
Me sumo para enviar bocanadas de aire puro y de amor.
ResponderEliminarPreciosa esta música que suena por aquí.
Un abrazo.
mi soplo de frescura se entrelaza al tuyo, desde mi corazón transportado por el hermano viento.
ResponderEliminarun abrazo.