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miércoles, 2 de febrero de 2011

¿Arte orgánico extremo?...


  
 Navegando por la red, descubro que un artista (?) de 34 años montó hace algún tiempo una exposición de lo que él denomina “Arte orgánico extremo”, en una sala alternativa de Cáceres. Para el evento tuvo la ocurrencia de clavar cientos de grillos vivos en lienzos dispuestos en las paredes. Por lo visto, la manifestación artística consistía en mostrar el macabro y desesperado pataleo de los pobres animalitos durante su lenta agonía. Menos mal que una horrorizada mujer fue a por un insecticida para dar una digna muerte a las criaturas… Tras el incidente, la exposición quedó clausurada.
El artista (?) manifestó : “Esa mujer ha actuado como un talibán, cercenando las libertades creativas y culturales. Hay gente que se ha molestado, pero son los que no van con una mente abierta; los que no saben ir más allá”, “lo que busco es que el espectador entienda que igual que los grillos están pegados, él está pegado a unas reglas sociales, al mundo, sin ser consciente de todo lo que se está terminando cada instante”. “No pueden sufrir porque no tienen sistema nervioso. Es como cortar una planta. Por otra parte, yo estoy en contra del maltrato animal”... En fin, sobran las palabras. 
Qué fácil es atreverse con mil grillitos de nada… ¿verdad?
Qué provechoso aprovechar el tirón mediático de la polémica para la proyección artística personal... ¿verdad?
¡Patético!
Se puede crear, crear belleza, sirviéndose de cuanto ofrece la Madre Tierra pero con profundo respeto y dejando terminar rigurosamente los ciclos vitales.
¿Eso es arte? Eso es: basura. Arte, es el canto de un grillo en una noche de verano ante la inmensidad de la cúpula celeste preñada de galaxias.




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